Estos días, preparando material para un trabajo que estoy realizando en una empresa en proceso de fusión, he sido de nuevo consciente de la utilidad de la perspectiva sistémica aplicada a las organizaciones, en especial cuando están sometidas a cambios bruscos y profundos, como es el caso de mi cliente. Mi proyecto me ha dado también la oportunidad de releer a Peter Senge, un autor de referencia si tenéis interés en saber más sobre la teoría de sistemas en el área empresarial.
El americano Peter M.Senge es uno de esos profesores de
management que yo denomino globales porque presenta conceptos aplicables a todo
tipo de organizaciones y porque además sus intereses van más allá del campo
económico y tienen un profundo contenido de responsabilidad social y conciencia
ecológica. Estudió filosofía e ingeniería aeroespacial en Stanford y dirigió el Centro de Aprendizaje
Organizacional del MIT, en cuya escuela de negocios es hoy profesor ordinario. Su libro La Quinta Disciplina; el arte y la
práctica de la organización abierta al aprendizaje, publicado por primera
vez en 1990 y reeditado en el 2007, fue escogido por la Harvard Business Review
como uno de los textos de Management más influyentes de las últimas dos
décadas.
Senge introdujo el concepto de pensamiento sistémico
que nos permite observar la realidad en su conjunto, ampliando el ángulo de
visión para establecer conexiones entre fenómenos aparentemente aislados unos
de otros. También identificó once leyes o patrones de comportamiento que se
pueden observar en todas las organizaciones en el momento en que sustituimos el
pensamiento lineal y unidireccional, basado en la relación causa-efecto, por la
perspectiva sistémica, en donde causas y efectos se solapan e interrelacionan entre
sí. Algunas de estas leyes son las siguientes:
-Los problemas de hoy son el resultado de las soluciones de ayer: no solo a nivel profesional, sino muchas veces también a nivel personal es aconsejable mirar hacia atrás y valorar las decisiones tomadas para no repetir los errores.
-Cuanta más presión ejercemos sobre el sistema, más fuerte es su resistencia: es lo que Senge denomina la retroalimentación compensadora, que tiene su base en las leyes de la física, pero que se puede aplicar también a otros campos (efecto yo-yo en las dietas milagrosas para adelgazar o cambios drásticos en las organizaciones).
-Las conductas mejoran antes de empeorar: nos alerta sobre los peligros de las soluciones de efecto inmediato, que suelen ser remedios de urgencia que tapan los síntomas, pero no la enfermedad. Y pienso aquí en la estrategia típica de los despidos masivos como solución para reducir costes y mejorar a corto plazo la cuenta de resultados, dejando a la organización huérfana de recursos para reaccionar cuando la situación mejore.
-Lo más rápido es lo más lento: esta aparente contradicción es una de las claves del pensamiento sistémico y nos anima a tener visiones de largo alcance y a ser pacientes en los resultados.
-Los pequeños cambios pueden producir grandes resultados: las soluciones obvias no suelen funcionar y la calidad del cambio se demuestra en la permanencia de sus efectos. El secreto está en descubrir el punto de mayor apalancamiento, es decir aquel en que una intervención pequeña produce los mejores resultados en términos de contenido y duración.
Os animo a leer La Quinta Disciplina y espero que sus postulados os sirvan también de fuente de inspiración.
-Los problemas de hoy son el resultado de las soluciones de ayer: no solo a nivel profesional, sino muchas veces también a nivel personal es aconsejable mirar hacia atrás y valorar las decisiones tomadas para no repetir los errores.
-Cuanta más presión ejercemos sobre el sistema, más fuerte es su resistencia: es lo que Senge denomina la retroalimentación compensadora, que tiene su base en las leyes de la física, pero que se puede aplicar también a otros campos (efecto yo-yo en las dietas milagrosas para adelgazar o cambios drásticos en las organizaciones).
-Las conductas mejoran antes de empeorar: nos alerta sobre los peligros de las soluciones de efecto inmediato, que suelen ser remedios de urgencia que tapan los síntomas, pero no la enfermedad. Y pienso aquí en la estrategia típica de los despidos masivos como solución para reducir costes y mejorar a corto plazo la cuenta de resultados, dejando a la organización huérfana de recursos para reaccionar cuando la situación mejore.
-Lo más rápido es lo más lento: esta aparente contradicción es una de las claves del pensamiento sistémico y nos anima a tener visiones de largo alcance y a ser pacientes en los resultados.
-Los pequeños cambios pueden producir grandes resultados: las soluciones obvias no suelen funcionar y la calidad del cambio se demuestra en la permanencia de sus efectos. El secreto está en descubrir el punto de mayor apalancamiento, es decir aquel en que una intervención pequeña produce los mejores resultados en términos de contenido y duración.
Os animo a leer La Quinta Disciplina y espero que sus postulados os sirvan también de fuente de inspiración.
8 comentarios:
La verdad es que son conceptos más bien antiguos, pero encajados en la dinámica actual de la gestión tienen mucho sigificado.
Me gusta especialmente releerlos en este contexto.
Un abrazo.
Me gustan las ideas porque amplían el campo de visión no sólo de forma espacial sino también temporal, lo que da lugar siempre a una profunda reflexión que nunca viene mal.
Un abrazo
Hola Astrid
Grande Senge!!!
Te recomiendo también "visión periferica" de Schoemaker.
Cuidate
Hola Javier,
Sí, es que ya está todo inventado, pero lo interesante es ver cómo conceptos clásicos pueden adquirir una nueva perspectiva y aplicación.
Gracias por la visita :)
Hola Fernando,
De eso se trata. Y ayuda mucho el tener un caso real, para que la reflexión lleve a resultados concretos.
Un abrazo,
Gracias por la recomendación José Luis. Voy a ver si lo encuentro por Amazón.
Abrazo,
Yo entiendo muy bien de que hablas. En mi último trabajo, mis jefes saltaban de una cosa a la otra tratando de ganar más y producir nuevos clientes en forma instantánea. Si hubieran hecho cambios graduales y hubieran analizado paso a paso lo que hacían, no hubieran cometido ni la mitad de los errores que cometieron.
Pues sí, Rodolfo; se conoce que tus jefes no habían leído a Senge ;)
Gracias por pasarte y comentar.
Un saludo
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