Podéis hacer la prueba: introducid la frase „cualidades de un líder" en el buscador de Google y mirad el resultado. Yo localizo entre una y tres millones de páginas, en función de si acoto o no la búsqueda. No está mal. Y eso solo en referencia a las entradas en español. A tenor de lo que vemos en la Red, parece claro que el análisis de lo que constituye la esencia del liderazgo o el eterno debate sobre si el líder nace o se hace, siguen siendo temas que dan mucho que hablar y que escribir.
No es mi intención añadir más leña a ese fuego. Sin embargo, haciendo un repaso rápido de las primeras páginas que aparecen en los resultados de Google, constato que la relación de cualidades que esperamos de nuestros dirigentes es –como poco- ambiciosa. Escojo tres o cuatro artículos al azar y de lo que allí se desprende deduzco que el líder actual debe ser una perla, un sujeto con una personalidad ejemplar, sin fisuras, tanto desde el punto de vista intelectual como emocional. Porque debe tratarse de una persona optimista, visionaria, positiva, íntegra, inspiradora, decidida, responsable, innovadora, carismática, comprometida, valiente, apasionada y reflexiva a la vez, segura de si misma, disciplinada y generosa. Pero no acaba ahí la cosa, porque también debe transmitir energía positiva, tener inteligencia emocional y de la otra, saber planificar, comunicar, dirigir y delegar. Y por supuesto debe tener vocación de servicio, saber escuchar y motivar, tener la habilidad de desarrollar relaciones y de generar confianza.
Como veis, casi nada. Leo este catálogo de virtudes a uno de mis hijos que está en proceso de búsqueda de su primer empleo y me mira con cierta angustia. Le tranquilizo diciendo que no se preocupe, que probablemente para un trabajo de becario no sea necesario demostrar a la vez todo ese potencial, pero que no se relaje porque por ahí van los tiros, al menos en el papel. Sin embargo, no puedo dejar de pensar que nuestros candidatos a líder lo van a tener difícil para satisfacer las expectativas de un listón tan alto. Parece que ya sea por la vía de la genética o del aprendizaje van a tener que transformarse en alguien parecido a un Superman sin capa que, excepto volar, pueda ser capaz de casi todo sin morir en el intento.
Pero ¿es eso posible? ¿Es realista exigir tanta perfección? Echemos un vistazo a nuestro alrededor. Mirémonos al espejo. ¿Qué vemos? ¿Cómo somos? ¿Qué cualidades nos definen? ¿Somos acaso tan completos, tan infalibles, tan de una pieza como parece desprenderse de lo que esperamos de los demás? A mí me parece que no y creo que además es bueno que sea así, también como profesionales. Creo que somos todos muy imperfectos. Algunos me diréis sí, bueno, pero unos más imperfectos que otros. Vale, de acuerdo. Es verdad que los matices son tantos como compleja es la naturaleza humana y que no hay que confundir nuestra fragilidad como personas con la incompetencia profesional o la chapuza. Pero todos, líderes incluidos, tenemos sombras, todos somos susceptibles de cometer errores y todos, tarde o temprano nos vamos a equivocar alguna vez. Porque todos somos vulnerables.
Y precisamente creo que ahí está la clave, en aceptar y entender esa vulnerabilidad, la propia y la de los demás, también en nuestras organizaciones, en nuestros jefes o en los equipos con los que trabajamos. Mirarnos por dentro con atención, tomando conciencia de lo que es susceptible de mejora, ajustando nuestras expectativas a la realidad de lo que cada uno podemos ofrecer de verdad, pero -eso sí- esforzándonos en mejorarla día a día. Sólo desde la humildad, la reflexión y el autoconocimiento se puede crecer como persona y como profesional. Y solo desde esa perspectiva humanista podremos generar confianza y auténtica empatía. Porque somos personas, no superhéroes.
12 comentarios:
Hola Astrid
¡Cuanta verdad!
Efectivamente parece que hablamos de super heroes. Los santos de la iglesia católica debían ser algo parecido a la vista de la lista interminable de atributos...
Personalmente, creo que, AL MENOS, quien aspire a liderar debe ser consciente, como bien dices, de sus limitaciones y centrarse para empezar en ser capaz de crear ilusión. Casi naaaa....
Cuidate
Has hecho un resumen perfecto: ilusión y conciencia de las limitaciones. Y ... que la fuerza te acompañe, viajero (aunque eso era de la guerra de las galaxias, no?. Con tanto héroe suelto, es que mi lío)
Un abrazo
Hola Astrid:
Superman... Yo creo que las empresas actuales no sabrían hacer un proceso de selección en el que tuviesen que elegi entre superman y la hormiga atómica. Todo el mundo quiero lo mejó de lo mejó, pero no sabe seleccionarlo.
Digo yo.
Un abrazo.
Hola Astrid:
Yo escribo casi a diario en mi Blog de este tema, y como mencionas, es cierto que no esperas (ni mucho menos) que el Líder se convierta prácticamente en un Superman y pueda hacerlo todo incluyendo milagros a la empresa.
Sin embargo, y como también dices, dentro de la imperfección de todos los seres humanos (afortunadamente), el que ejerce el papel de Líder tiene responsabilidades que le dan su cargo, gestión o trabajo. Si bien es cierto que el concepto de Superman es una utopía per se, es necesario aclarar que:
.- Una persona es Líder porque tiene seguidores, de lo contrario cualquiera puede autoplocamarse Líder y no lo será, y
.- Es por ello que también habrás observado en tus búsquedas que una de las cosas que se le recomienda al Líder es que sepa "delegar" y eso traducido a nuestro tema significa justamente que nuestro "Líder" no crea que es Superman y que todo lo puede, además de acercarlo "literalmente" a la tierra y decirle que él no puede ser un Super heroe sencillamente porque es imposible, de existir un Líder que quiera hacerlo todo sin delegar directamente se convierte en "Dictador".
Saludos y gracias por abordar un tema apasionante.
Jesús Grande
e-mail: jmanuel.grande@gmail.com
http://big-jesus.blogspot.com
Javier, muy buena tu ocurrencia!!! Me he partido de risa :))) Difícil elección la que presentas ...
Abrazos,
Hola Jesús!
Bienvenido a este blog.
El problema lo veo yo no tanto en lo que uno pueda pensar de si mismo, sino en las expectativas que los demás se crean de nosotros. En ese sentido, recuerdo una frase que aparece en la película Invictus sobre Mandela en la que uno de los guardaespaldas tiene que recordar al otro que Mandela es persona además de "héroe" y que tiene problemas personales como cualquiera (su vida privada en esos momentos no era como para tirar cohetes). A pesar de la aureola de mito que permanentemente le rodeaba, él no perdía la perspectiva de la realidad. A otro nivel, en las organizaciones, no está eso siempre tan claro.
Gracias por aportar y por la referencia a tu blog, que me ha permitido conocerlo.
Un saludo,
Hola Astrid:
La lectura de tu entrada y de los comentarios me reafirma en mi creencia de que un líder es algo mucho más sencillo que todos esos atributos redundantes con que solemos perfilar verdades desnudas.
Un lider es:
1- una persona...
2- ...que es capaz de tener una visión...
3- ...y que logra que otros le sigan en su consecución...
4- ...muchas veces sin preguntarse por qué.
Si entendíéramos eso veríamos lo evidente: que hay muchos que son líderes sin proponérselo y que hay muchos que creen serlo pero no lo son.
Un abrazo.
Josep, coincido contigo, pero lo sencillo y evidente a veces tiene mala prensa y por eso tenemos que adornarlo con tantos artificios. "Vende" mejor.
Abrazos,
Comparto lo que dices, y me parece un artículo que deberían leer todas las empresas.
Supermanes, sintiéndolo mucho, no existen, y si existieran y yo fuera empresario :D, no los querría cerca de mi... Seguramente, son individualistas, no sabrían trabajar en equipo, y la gente a su alrededor no aprendería ni avanzaría. Lo más parecido a un superman, es un "jefe" prepotente que todo lo sabe, pero que nada comparte.
La base del trabajo bién hecho, es, desde mi punto de vista, el trabajo en equipo y equivocarse alguna vez, sino, siempre pensarás que todo lo haces bien, y cuando te des cuenta de que no es así, puede ser tarde.
Un saludo a todos.
http://trabajo.jornadalaboral.es
Hola Ignacio,
Sí, claro el "superman" dificilmente trabaja en equipo, pues le basta con hacer uso de esos supuestos "superpoderes" que, según él, deben ser suficientes para colocarle a un nivel superior de desempeño.
Pero lo malo de eso no es tanto que no sepa reconocer su propia vulnerabilidad, sino que tampoco está dispuesto a aceptar la ajena.
Gracias por pasarte y comentar.
Un saludo
Hola Astrid,
¿el mejor lider?
aquel que carece de tooooodas esas cualidades, pero tiene un equipo humano alrededor que las reune, y se apoya, se complementa y enriquece continuamente.
Enhorabuena por tu blog.
Te sigo.
Recibe un saludo cordial, MaS.
Hola María,
me alegra que tambien coincidamos por aqui y que el blog te parezca intersante.
Sí, el líder que tu describes es el ideal (a veces también el real), aquel al que todos deberiamos tender.
Gracias por pasar. Nos seguimos.
Un saludo,
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