13 de enero de 2010

Management fusión, ¿es el futuro?



Cuando hace algunos años apareció en el panorama gastronómico el concepto de cocina fusión, descubrimos primero todos con sorpresa y luego algunos con entusiasmo, un nuevo estilo culinario que combina sabores e ingredientes representativos de distintos países. En poco tiempo muchos restaurantes se abrieron a presentar nuevos platos más o menos exóticos, pero hoy ya vemos como normal la incorporación a nuestra dieta mediterránea de las verduras al wok, el tofu y el cuscús conviviendo en sana armonía con la paella o el bistec de toda la vida.

En el terreno empresarial, la internacionalización de las organizaciones y su expansión a territorios más lejanos, ha dado lugar a estilos de gestión que incorporan también modos de hacer, valores e influencias de otras culturas, en especial las orientales. Sería algo así como el management fusión, un fenómeno relativamente reciente que aparece como respuesta natural a la globalización y que para mí tiene un especial interés desde un punto de vista intercultural, porque va un paso más allá de la adaptación del modelo gestión de la empresa inversora a los usos y costumbres locales (el conocido think global, act local, piensa globalmente y actúa localmente). Aquí estamos ante un modelo que extrae ciertos valores de la cultura local y los asume como propios en la dirección central, impregnando con ellos toda la organización. Tomando el símil anterior y simplificando un poco, podríamos expresarlo quizás como un take local and apply global, toma lo local y aplícalo globalmente.

Hace algunas semanas pude observar un ejemplo práctico de este management fusión en una presentación que tuvo lugar en ESADE de la empresa Mango. Es ésta una empresa que está presente en más de 90 países en todo el mundo y que -según palabras de su Director General, Enric Casi - basa su éxito en tres pilares: personas, concepto de producto y tecnología propia (por este orden). Centrándose en el primero, mencionó que buscan sobre todo a personas que puedan identificarse con los valores de la compañía y que para ellos es importante “el buen rollo” (sic), cuidar el espíritu de la empresa, su cultura, aquello hacia donde miran y lo que les gusta hacer. Y dijo también que la cultura de Mango pivota sobre tres valores especiales: la humildad, la armonía y el afecto. Los dos primeros son valores centrales de las culturas orientales, en especial de aquellas en las que el budismo y el confucianismo están más arraigados y el afecto, por el contrario, es algo muy propio de una cultura latina como la nuestra. Me pareció una mezcla interesante de cualidades, un buen ejemplo de mestizaje gerencial.

En el terreno musical, la armonía se define como la correspondencia y conveniente proporción entre sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes. En una organización empresarial sería también la posibilidad de encontrar el equilibrio entre opiniones diversas para adaptarse al grupo y la habilidad de buscar el consenso en caso de conflicto. Los chinos por ejemplo, valoran mucho la paciencia, la preparación y la perseverancia, también en el entorno empresarial y en ese sentido, suelen poner a prueba la competencia intercultural de los directivos occidentales.

La humildad implica el conocer las propias limitaciones y debilidades y obrar de acuerdo con ese conocimiento. Me parece una virtud especialmente necesaria en empresas en expansión, sobre todo cuando –como en el caso de Mango- el crecimiento ha sido muy rápido y exitoso. Hay entonces un cierto riesgo de no saber asimilarlo, tanto a nivel estructural como de actitud gerencial y se puede morir de éxito fácilmente.

Y por último el afecto, que creo que es una cualidad muy necesaria en las organizaciones y por supuesto, no solo en las multinacionales. El afecto, -que en el lugar de trabajo es algo diferente al cariño o la amistad-, tiene para mí una connotación más cercana al interés y la atención por la persona como individuo. Ya lo dice el refrán, lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia, y creo que eso aplica para cualquier contexto. Por lo tanto desarrollar sensibilidad y cierto apego por las personas con las que trabajamos, ayudará a cohesionar los equipos de trabajo y a crear un clima más favorable a la creatividad y eficiencia, porque trabajaremos más a gusto.

La verdadera interculturalidad implica, por definición, interacción. En ese sentido, quizás el management fusión pueda ser una buena alternativa para combatir el etnocentrismo directivo que hasta ahora ha imperado en muchas organizaciones multinacionales. Combinar valores diversos, experimentar otra manera de dirigir y comprobar que existen otras formas de liderar que pueden ser tanto o más exitosas que las nuestras. No sé si eso será el futuro, pero parece que poco a poco empieza ya a ser el presente.

9 comentarios:

Josep Julián dijo...

Hola Astrid:
Me ha gustado mucho tu entrada porque hilvanas conceptos aparentemente díficiles de combinar, pero introduces algo que me parece muy importante cuando dices que los chinos valoran la adopción de parte de sus valores a los que llegan (léase inversores).
A mí esto me da que pensar, sobre todo analizando que lo normal es que suceda lo contrario. Observo que cuando llegan invesores aquí o a cualquier parte del mundo lo primero que tratan es de imponer sus usos y costumbres ridiculizando los locales. Es una forma mutante de las prácticas coloniales y acaban triunfando únicamente cuando los nativos las aceptan con naturalidad, cosa que se produce siempre pero a destiempo.
Una forma de esto también la podemos ver en la educación y en especial en las escuelas de management que, en sí mismas, están alejadas de los usos y costumbres culturales pero que parece que no pueden ser de otra forma que así.
Y ya no te digo si has trabajado con en mi caso en multinacionales "guays" donde no sólo se adoptan los usos y costumbres sino que se unifican a escala planetaria con los de la casa matriz.
Por eso tu apunte me ha parecido muy interesante y también ilusionante, porque de cuajar, significará dar un paso hacia delante en el mestizaje que a mí me parece que siempre produce ejemplos y ejemplares de mayor calidad que los "padres".
Un saludo.

Astrid dijo...

Hola Josep,
Si me lo permites, tomaré prestada tu expresión "forma mutante de prácticas coloniales", porque describe bien lo que ocurre muchas veces, incluso con la mejor intención. Lo que pasa es que es natural aplicar el patrón conocido cuando uno no está sensibilizado previamente con los usos y costumbres locales. Pensemos que según un reciente estudio del Iese y la empresa Eres Relocation, solamente un 7% de los directivos expatriados de empresas multinacionales españolas reciben algún tipo de formación intercultural para el desempeño de su trabajo en otros paises. En las multinaciones extranjeras, el porcentaje es del 50% ( en Alemania está sobre el 70%). Eso explica en parte el coloniamismo cultural y también la dificultad e incluso los fracasos de muchas asignaciones extranjeras.
Otro factor es el de la formación en management que tu citas. El 80% de la literatura académica en ese campo sigue siendo americana, y su influencia en Europa y ahora también en la India y China es enorme.Pero ahí sí que las cosas están empezando a cambiar en la medida de que ya hay muy buenas universidades en esas áreas, en las que se está publicando bastante. También hay ya muchos programas académicos para directivos con un enfoque más diverso (en nuestro país, lamentablemente todavía no). Así que creo que la tendencia -al menos a nivel global- es positiva.

Saludos y gracias por tu aportación.

Isabel dijo...

Hola Astrid,
coincido contigo en lo del etnocentrismo directivo, pero es verdad que a veces es por falta de información. Hay todavía mucha pedagogía por hacer y camino por recorrer.
Saludos desde sevilla!

Jorge Beschinsky dijo...

Hola Astrid y compañía!

Me parece muy interesante el concepto de "management de fusión" no obstante creo que, ante entornos cada día mas complejos, éste concepto debe estar más enfocado en la flexibilidad y capacidad de adaptación, que en la base de los valores comprendidos en la gestión.

Gracias a todos por compartir estas reflexiones.

Saludos,

Jorge

Astrid dijo...

Hola Isabel,
Gracias por pasarte y comentar. Por supuesto que la pedagogía es una buena herramienta; nadie nace enseñado y ... en eso estamos!

Hola Jorge!
Bienvenido al blog y muchas gracias por tu aportación, que toca otro tema que daría para hablar largo y tendido: la necesidad de crear estructuras empresariales flexibles que sepan reaccionar con rapidez y sin grandes costes a los cambios constantes de la realidad actual.
Creo sin embargo, que eso no está reñido con la postura que intentaba reflejar en la entrada que, de todas formas, estaba más orientada a empresas presentes en varios países.
Gracias de nuevo y espero que te animes a volver a pasar de vez en cuando,

Un saludo,

Germán Gijón dijo...

Hola, Astrid:
todos tus artículos sobre la interculturalidad en el management internacional son interersantísimos. No sólo se trata de adopción de sistemas sino también de usos y costumbres, amén de la comprensión previa en una necesaria "adopción" desde el `país de origen antes de desempeñar puestos directivos en el de destino. No obstante, humildad, armonía y afecto son conceptos en muchos casos desaplicados dentro de las empresas locales.
Un cordial saludo, Astrid.

Astrid dijo...

Germán, muchas gracias por tu comentario. Celebro que lo que describo te parezca interesante. Creo que en las relaciones internacionales -no solo las empresariales-a veces se subestima la importancia e influencia de la carga cultural, en el sentido profundo del término. Yo lo vivo cada día a nivel profesional y además paso mucho tiempo en Alemania, pero a veces también me planteo si no estaré viendo una realidad distorsionada por mis "gafas interculturales"...

Por otro lado, estoy de acuerdo contigo en que no es frecuente que los tres valores que cito en el artículo -armonía, humildad y afecto- estén presentes de manera central en la cultura de las organizaciones locales. De ahí que el ejemplo de Mango me sorprendiera por lo inusual y me diera que pensar. Al fin y al cabo se trata de una multinacional española que tiene éxito y de la cual podemos aprender.

Un saludo,

Caminante dijo...

Hola Astrid
Feliz Año!
Me ha encantado tu post, sobre todo por cómo enlazas los conceptos.
Enhorabuena!

Astrid Moix dijo...

Hola José Luis,
Gracias por pasar de nuevo y por tu comentario. Espero que este sea un buen año para todos nosotros!
Un saludo!